it's ok

Hace unas semanas que pasé por quirófano. Las operaciones han ido muy bien y ahora, poco a poco trato de recuperar la rutina. Fueron unas semanas muy duras porque primero me hicieron un ojo, y a las dos semanas el otro (8h de quirófano en total) porque había bastante riesgo.  Lo que yo padezco es una enfermedad autoinmune, Oftalmopatía de Graves, que además de afectar a la tiroides - ya pasé por una tiroidectomía completa hace dos años - también afecta a los músculos que mueven el ojo, dando lugar a inflamaciones contantes y dolorosas, enrojecimiento, sequedad ocular y heridas. Con esto llevaba 3 años, con brotes más o menos intensos.

Este comienzo de año ha sido uno de los más duros de mi vida, pasar por 2 descompresiones orbitarias, (me han quitado parte de la órbita craneal para que los músculos inflamados del ojo tengan más espacio) me ha enseñado mucho y nada.

Sigue habiendo gente que me dice que todo esto me tiene que enseñar algo, lo cierto es que sigo siendo igual de impaciente, sigo teniendo mucho miedo al dolor físico y no me siento más fuerte. Por otra parte relativizo, cada vez más, la importancia de las cosas que me pasan. Hay situaciones, personas y sentimientos en que no vale la pena gastar tiempo, que lo considero ahora, más limitado y finito que nunca.

Por esto, no es que me esté rodeando sólo de cosas agradables, la vida no es así, pero sí de momentos que me llenen y me hagan sentir en paz. Afortunadamente tengo una pareja maravillosa que no me ha dejado rendirme en ningún momento, que me ha hecho reír cuando sólo me apetecía hacerme bolita y llorar y que ha estado a mi lado aun cuando yo no quería a nadie cerca. También ha estado mi madre, también han estado amigos.

Cuando empecé a encontrarme bien, lo primero que quise es acercarme al Botánico de Valencia, pasar algunas horas rodeada de verde, casi en silencio, en un espacio tan tranquilo creo que cura cuerpo y alma. Recogí hojitas y ramitas del suelo, apunté sus nombre en una libreta y dibujé los que no pude llevarme.

A veces una recuperación depende directa e indirectamente de nuestro estado de ánimo, de nuestra actitud ante las situaciones, de una mano que no te suelta y de estar en paz con uno mismo.