Ella evitaba las miradas,
y se sentó lejos de mí.
Preguntaba sin palabras,
adivinó mi porvenir.
Bajaba el tono de su voz,
parecía una mujer normal.
Después cambiaba de color,
y empezó a desnudarse.
Me dijo ven aquí y muerde,
tú necesitas ser feliz,
soy el ángel de la muerte,
y he pensado mucho en ti.
Entonces quise escapar,
despegarme de su cuerpo azul,
pero me dijo la verdad,
y escapó por la ventana.
Coque Malla
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